Tu mano, amor, pon en mi corazón…
Ay ¿no oyes cómo late en su rincón?
Lo habita un carpintero sin salud
que me está construyendo el ataúd.
Noche y día golpea sin cesar;
el sueño me ha robado, el reposar.
Ay date prisa, maese carpintero,
que muy pronto dormir, descansar quiero.
Christian Johann Heinrich Heine
jueves, 3 de septiembre de 2009
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